La energía se deriva del pensamiento.
Con ellos tenemos el poder de atraer experiencias que serán de la misma calidad de nuestros pensamientos.
Cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando nos aceptamos y perdonamos estamos mejorando nuestra calidad de energía y vibración, cuando amamos a nuestros semejantes, cuando amamos lo que hacemos… cuando tenemos la capacidad de ver el amor en todo y todos estamos elevando nuestra vibración.
Sucederá lo mismo si aprendemos a no detener nuestra atención en los acontecimientos, pensamientos y sentimientos negativos y los dirigimos a todo lo que nos produce sensaciones positiva.
La materia que compone el cuerpo humano es un tipo de energía densa que está conectado con un campo sutil que es más elevada y refinada que la materia misma.
Cuanto más alto y rápido vibramos, nuestra vibración se acerca más a la vibración de la fuente de la vida.
“CUIDA TUS PENSAMIENTOS, PUES EN LO QUE PIENSAS, EN ESO MISMO TE CONVIERTES“