ACEITES ESENCIALES, AROMAS DEL ALMA

Los aceites esenciales, no solo se conocen por sus propiedades naturopáticas, también tienen propiedades espirituales que inundan los sentidos de luz y activan llaves auto sanadoras de consciencia.

El nardo que María Magdalena usaba para ungir en acto de reconocimiento y valoración de divinidad, calma el cuerpo, dispone al espíritu, nos conecta con la dulzura, la realeza del ser y activa la compasión.

Los aceites esenciales son productos oleosos volátiles que se extraen de los vegetales, flores, raíces…

Todas las plantas pueden ser destiladas, pero solo se pueden extraer las esencias de aquellas que son fuertemente aromáticas.

Muchas culturas antiguas, como por ejemplo los egipcios, nos han regalado un legado de conocimiento de sus propiedades antisépticas, bactericida, antiparasitarias, antivíricas, antiinflamatorias, diuréticas, balsámicas, etc.

Nuestras abuelas, desde hace décadas usan las plantas y raíces en su día a día, extraen los principios activos y sus aceites esenciales de diversas formas, por ejemplo: en cataplasmas, tinturas, infusiones, baños, emplastes, maniluvios y pediluvios, vahos, gárgaras, etc.

También nos enseñan otros usos: limpiar las energías de la casa, purificar de gérmenes el ambiente, etc. se puede hacer de diversas formas: quemando las plantas en los braseros,( el romero y la alhucema) en sahumerios, (hisopo, lavanda, salvia), añadiéndolas al agua de limpiar…etc.

Hoy en día los aceites esenciales puros, nos dan un sinfín de posibilidades de uso, quiero destacar, algo que nos aporta múltiples beneficios y es la utilidad de su uso en vaporizadores y sprays áuricos.

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